miércoles, abril 18, 2007

"Nos han mentido"
He trabajado en el campo de la salud mental por casi 30 años. He oído innumerables promesas acerca de los últimos tratamientos "milagrosos" de la psiquiatría, cada uno tan peligroso e impracticable como los desprestigiados de antes. En el afán por mantener una explicación para sus fallas, los psiquiatras publican declaraciones y estadísticas sobre "enfermedades mentales en aumento". En la actualidad, según esos mismos psiquiatras, estamos frente a una epidemia de "enfermedades mentales" verdaderamente alarmante que afectará a la mitad de la población y requiere varios miles de millones de dólares más de los que ya se han dado.
"DISIPACIÓN DE MENTIRAS: PRESENTACIÓN DE LOS HECHOS" es una nueva sección en el sitio web de la CCHR. Surgió gracias a los comentarios del presidente de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association), Steven Sharfstein, en el programa Today de la NBC, el 27 de junio de 2005. Al aparecer en Today esa mañana, se le preguntó al Dr. Sharfstein acerca del hecho de que no existe un "desequilibrio químico" comprobado en el cerebro que pueda compensarse con medicamentos psiquiátricos. A lo que él respondió: "Bueno, eso es una tontería. No se condice con los últimos 20 años de increíbles adelantos en la neurociencia ni con nuestro entendimiento de cómo funciona el cerebro, ni con el hecho de que los medicamentos que utilizamos son muy eficaces". De hecho, no respondió la pregunta.
Varios días más tarde, se vio obligado a admitir en la prensa nacional: "No tenemos una prueba de laboratorio clara" que determine un desequilibrio químico.
El Dr. Mark Graff, Presidente del Comité de Asuntos Públicos de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés), lo confirmó el 10 de julio cuando se le preguntó en el programa de la CBS, Studio 2, acerca del repentino cambio de opinión del Dr. Sharfstein. El Dr. Graff declaró: "A decir verdad, desequilibrio químico... es un término abreviado, probablemente proveniente de la industria farmacéutica... No tenemos pruebas puesto que para realizarlas, probablemente tendríamos que extraer un trozo de cerebro de alguien; no es una buena idea" pero "estoy de acuerdo. No hay análisis de sangre" que determinen un desequilibrio químico.
Las estadísticas psiquiátricas reflejan la semántica, no el método científico. Tómese, por ejemplo, el impacto escalofriante de los ataques del 11 de septiembre. Tan sólo habían pasado dos semanas cuando se le informó al Congreso que el 71% de los estadounidenses estaba "deprimido" por los ataques y que inmediatamente tenían que ponerse a disposición más seguros de salud mental, además de los $27,6 millones que el gobierno federal ya había asignado para los servicios psiquiátricos. Una estadística alarmante, hasta que uno se da cuenta de que la encuesta detrás de esto fue llevada a cabo por teléfono, entre sólo 1.200 personas y apenas de dos a seis días después del ataque, cuando los estadounidenses aún estaban en un estado de shock, pegados a sus televisores y pasando por reacciones perfectamente normales ante la horrible tragedia.
Para dar otro ejemplo, la Dra. Tana Dineen examinó los porcentajes de personas que padecían 17 "trastornos mentales" específicos. Simplemente sumó el número total de personas que, según lo informado, padecían una o más de éstas y descubrió que el número de estadounidenses mentalmente enfermos alcanzaba los 560.950.000, más del doble de la población del país. Y esos son solamente 17 "trastornos" de los más de 370 que figuran en la Biblia de facturación de la psiquiatría, el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés).
La historia de la psiquiatría está plagada de tales falsedades. Los avisos publicados en los periódicos de los Estados Unidos en 1995 eran parte de la campaña "Depresión: Una falla en Química y Depresión" organizada por la Alianza Nacional para la Investigación de Esquizofrenia y Depresión (National Alliance for Research on Schizophrenia and Depression), una organización financiada por una empresa farmacéutica. El Dr. Elliot Valenstein, autor de Culpando al Cerebro (Blaming the Brain), dijo: "Después de describir la depresión como una enfermedad física que requiere medicación, así como la diabetes requiere un tratamiento insulínico, el aviso afirma que la investigación ha demostrado que la depresión es el resultado de un nivel insuficiente de serotonina [una sustancia química] en los lóbulos frontales del cerebro. Una 'escanografía cerebral' que muestre ventrículos agrandados [los cuales conectan las cavidades del cerebro] está incluida en el aviso, con la afirmación de que ésta es una condición que se ha 'detectado en muchos casos graves de depresión'". El Dr. Valenstein dijo que esto nunca ha sido demostrado. "Además, este descubrimiento no tiene conexión lógica alguna con ninguna carencia bioquímica, y menos aún con una carencia específica de serotonina en los lóbulos frontales. El hecho de que la información en este aviso es completamente errónea parece no haberle molestado a nadie".
"Algunas veces –escribe– los avisos se construyen cuidadosamente para parecer equilibrados, pero claramente les dejan a los lectores el mensaje de que se ha establecido firmemente que los desequilibrios bioquímicos causan depresión y que las drogas están ahora a su disposición para corregir dicho problema".
La información errónea significa que millones de personas podrían estar tomando medicamentos peligrosos o padeciendo otros "tratamientos" psiquiátricos riesgosos por creer que tienen un "trastorno mental" de origen físico, cuando no existe evidencia científica o médica alguna.
Usted sabe que algo anda mal. No puede ayudar pero lee y escucha acerca de ello en las noticias. Como declaró Thomas Szasz, Profesor Emérito de Psiquiatría, "Desde el espectáculo hasta las noticias, la televisión está fascinada, atónita y deslumbrada por los misterios de prácticamente cualquier cosa que huela a psiquiatría o psicología. Las estadísticas y declaraciones reveladas en estos importantes programas de debate, de noticias matinales y magazines expresadas por estos "expertos" –dice– presentan como un 'hecho' científico lo que bien podría ser tan sólo una ficción científica".
Denuncie cualquier mentira o información errónea que los psiquiatras envíen a los medios (o a cualquier otro lado) y la CCHR investigará la verdad y publicará en nuestro sitio web tanto la información falsa como los hechos que refutan la mentira.
Jan EastgatePresidente Internacional

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